Los indios de las Grandes Praderas americanas, usaban diferentes especies de equinácea para tratar una gran variedad de problemas, que incluían desde infecciones respiratorias hasta mordeduras de serpiente; y hoy en día, es una de las plantas medicinales más vendidas.
Nombre botánico:
Echinacea angustifolia D.C.
Un poco de historia…
Parece ser que el término botánico que designa al género Echinacea, procede del griego ‘echinos’ que significa ‘erizo’, haciendo alusión al aspecto espinoso que tiene su disco floral.
Los nativos americanos emplearon la equinácea para una gran variedad de problemas relacionados con la salud. Los cheyenes tomaban infusiones de raíz y hojas en polvo de equinácea para aliviar la irritación de garganta, encías y boca, así como para tratar sarampión, paperas, reumatismo y viruela. Para el dolor de muelas, los comanches se aplicaban directamente la raíz de la planta sobre la muela afectada. Mientras que los sioux empleaban la raíz fresca de equinácea para las mordeduras de serpientes y la rabia.
Con la llegada de los primeros colonos, los médicos que se encontraban entre ellos empezaron a conocer estos remedios y rápidamente los incorporaron a su repertorio terapéutico.
La equinácea se volvió muy popular hacia finales del siglo XIX, cuando apareció en el mercado el ‘Purificador Sanguíneo de Meyer’, primer producto de equinácea. Este arcaico término hacía referencia a la antigua creencia de que muchas enfermedades eran causadas por la acumulación de toxinas en la sangre. Sin embargo, la Echinacea angustifolia no fue adoptada por los médicos hasta 1887.
La popularidad alcanzada por la equinácea, hizo que los fabricantes de productos herbarios sintieran interés por ella, y en 1920, la respetada compañía farmacéutica Lloyd Brothers Pharmacist, Inc., afincada en Cincinnati (Ohio) comenzó a formular preparados a base de equinácea, siendo uno de sus productos más vendidos.
Desde los años 30, investigadores alemanes han venido estudiado las propiedades de la equinácea y sus efectos sobre el sistema inmunitario. Estos estudios continúan en la actualidad.